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El sector del vino europeo pide a los eurodiputados que legislen desde la evidencia científica sólida y sin estigmatizar sectores ni productos

Parlamento Europeo

9 de diciembre| Tras la aprobación del informe del Plan Europeo sobre el Cáncer por parte del Comité Especial para Combatir el Cáncer (BECA) del Parlamento Europeo, el sector europeo del vino, agrupado en torno al Comité Europeo de Empresas del Vino (CEEV), quiere recordar a los eurodiputados la importancia de que todas las políticas estén basadas en la ciencia y en la evidencia científica y pide al Parlamento Europeo que reconsidere la afirmación incluida en el informe del BECA de que “no existe un nivel seguro de consumo de alcohol” al no haber datos científicos que apoyen un mayor riesgo de cáncer cuando el vino se consume con moderación, con las comidas, como parte de la Dieta Mediterránea y de un estilo de vida saludable.

Desde el sector se quiere hacer énfasis en que el cáncer es una enfermedad multifactorial y sus factores de riesgo deben evaluarse en el contexto de los patrones culturales, de consumo de alcohol, de alimentación y de estilo de vida de cada país. En este sentido, son muchas las evidencias científicas que apuntan a que beber vino con moderación, acompañado de comida y en el marco de una dieta de estilo mediterráneo puede contribuir a una mayor esperanza de vida y a una menor incidencia de determinadas enfermedades como las cardiovasculares o la diabetes.

Por ello, se entiende que la afirmación de que “no hay un nivel seguro” puede ser engañosa y simplista, ya que no tiene en cuenta los patrones de consumo y otros factores del estilo de vida. Pero además puede ser contraproducente, ya que el consumo moderado de vino, sobre todo como parte de la Dieta Mediterránea y como parte de un estilo de vida saludable, está asociado a una mayor longevidad y a la prevención de enfermedades, según multiples estudios. 

Así, es importante destacar que la afirmación de que “no hay un nivel seguro” aprobada por el Comité BECA se basa en un único estudio (Global Burden of Diseases) publicado por ‘The Lancet’ en 2018, que ha sido duramente criticado por la comunidad científica debido a sus fallos de metodología y análisis. Concretamente, se trata de un estudio de modelización basado en suposiciones y que no tiene en cuenta el estilo de vida, no presenta todas las pruebas científicas existentes y, en consecuencia, no puede ser la única base para sacar conclusiones sobre el consumo de alcohol y el riesgo de cáncer.

Por su parte, el sector vitivinícola europeo y español se compromete a seguir promoviendo el consumo responsable de vino y a reducir el consumo excesivo e irresponsable que genera daños en la salud a través de iniciativas como el programa Wine in Moderation, que en España coordina la FEV. “Desde el sector apoyamos el Plan Europeo sobre el Cáncer de la UE y su objetivo general de reducir el consumo nocivo de alcohol, pero el énfasis debe ponerse directamente en el consumo abusivo y perjudicial, ya que la gran mayoría de las evidencias europeas e internacionales muestran una clara correlación entre el consumo moderado como parte de una dieta y un estilo de vida saludables, con resultados positivos para la salud”, ha señalado el director general de la FEV, José Luis Benítez.

Por último, desde el CEEV y la Federación Española del Vino hacemos un llamamiento al Parlamento Europeo y en concreto a los eurodiputados españoles para que, de cara a la votación del informe en el plenario, prevista en las próximas semanas, se evite el oportunismo político y reconozcan que más impuestos, restricciones a la comercialización y advertencias sanitarias en el etiquetado no abordan realmente las causas fundamentales del consumo abusivo y nocivo de alcohol y podrían generar un efecto de estigmatización sobre el producto. “Como europeos y españoles, deberíamos estar orgullosos de nuestra cultura gastronómica, de la que el vino es un componente intrínseco. Nuestro estilo de vida consiste en disfrutar de una gran variedad de alimentos, incluido el vino con moderación si se desea, en un entorno de convivencia. Promover esta forma de vida es preferible a soluciones reglamentarias simplistas y, en última instancia, ineficaces”, ha concluido el director de la FEV.