FEDERACIÓN ESPAÑOLA DEL VINO - MEMORIA 2018

F E D E R A C I Ó N E S P A Ñ O L A D E L V I N O / 7 DIRECTOR Pero no solo de celebraciones vive el hombre: además de nuestros objetivos permanentes ligados al medio am- biente, la salud, la internacionalización y la fiscalidad, teníamos como retos principales para 2018 algunos muy concretos que se han resuelto positivamente o que, aun- que sin terminar, van por buen camino. Voy a referirme brevemente a ellos. Por primera vez en su historia, tenemos a un español, nuestro anterior secretario general, Pau Roca, al frente de una organización que es la referencia científico-téc- nica del sector del vino a nivel mundial. La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) es una de las tres organizaciones intergubernamentales más antiguas, pre- via a la extinta Sociedad de las Naciones. Quizá no somos conscientes del todo de la dimensión del éxito que supone para España y para la FEV en particular haber logrado que Pau se convierta en su director general. Se ha conse- guido con un magnífico trabajo que es un gran ejemplo de colaboración pública-privada en el que la implicación de nuestro Gobierno ha sido máxima y las instituciones del Estado han funcionado de una manera ejemplar, lo que unido a nuestro esfuerzo y al incansable trabajo personal del propio candidato, posibilitaron finalmente su elec- ción. Es un reconocimiento que trasciende a la persona y aportará un plus de imagen a nuestro sector. Desde aquí desear a Pau todos los éxitos, que también lo serán del vino español. Y por supuesto, toda nuestra colaboración. En cuanto a las políticas europeas y la PAC, tenemos por delante un proceso largo (las últimas noticias que nos llegan escribiendo esta carta nos indican que la posición del Parlamento Europeo no se fijará hasta después de la constitución de la nueva Cámara tras las elecciones de este año), pero a lo largo de 2018 se han dado pasos fun- damentales en los que la FEV ha tenido mucho que ver, en colaboración con nuestra asociación europea Comité Vinos. Fue precisamente en el marco de la Asamblea de esta última celebrada en julio en Jerez de la Frontera donde pudimos trasladar a la Comisión nuestro interés en que la normativa referente al contenido nutricional y de ingredientes se incorpore a la legislación europea, lo que a su vez derivó en el impulso de varios Estados (el nuestro, trabajando en intensa coordinación con la FEV), para conseguirlo. Aún hay camino que recorrer, pero esperamos que la nueva regulación normativa concluya satisfactoriamente para nuestro sector a lo largo de 2019. El impulso de la FEV también se ha materializado en el apo- yo del Comité Vinos a nuestra propuesta de ligar en el futuro los Planes Nacionales de Apoyo a medidas que promuevan la lucha contra el cambio climático en el viñedo. Y la Comi- sión parece dispuesta a recoger este guante. Al igual que la consolidación de la medida de promoción en terceros países y el resto del programa, se trata de hitos de nuestro sector que quizá por darlos por supuesto, a veces no se valoran en su justa medida. Somos el único sector agroalimentario que dispone de ayudas específicas en diferentes áreas. Debe- mos ser conscientes, y exigiendo a nuestras autoridades su correcta aplicación que favorezca a los operadores, no pensar que se tratan de un derecho permanente, sino que tenemos que aprovecharlas mientras las tengamos para ser más competitivos, mejorar nuestras estructuras y crecer en los mercados exteriores. En el campo de la Interprofesional del Vino de España, quiero destacar el papel motor de la FEV en muchas iniciativas. En 2019 se deberá aprobar la nueva exten- sión de norma, que se adecúa en gran medida a nuestros intereses (que, como no puede ser de otra manera, lo son de todo el sector). También se produjo en septiembre la renovación de la representatividad de las asociaciones que la formamos, aumentando ligeramente la FEV su grado de representatividad, lo que nos permite ser la úni- ca organización clave para la toma de cualquier acuerdo. Derivado del dato anterior quiero dejar un apunte: la FEV representa cerca de tres cuartas partes del valor del vino envasado español y eso nos debe hacer sentir orgullosos y legitimados en los objetivos que perseguimos. A finales de 2018 hemos iniciado la revisión de nuestro Plan Estratégico con un horizonte de desarrollo 2019- 2024. Esta revisión se deberá aprobar en nuestra próxima asamblea general y deberá servir de guía para nuestro trabajo durante los próximos cinco años y del mismo se derivan de manera inmediata algunos de los objetivos para 2019 que se recogen en esta memoria. Pero no quiero que esto parezca un balance triunfalista. Por supuesto también hay cosas que mejorar y en ello estamos. También tenemos que conseguir que un trabajo que muchas veces debe ser discreto, y a medio y largo plazo se traduzca en medidas concretas que benefician a nuestros asociados. No nos conformamos y seguimos trabajando. Contamos para ello con el apoyo de todos vosotros, nues- tros asociados, que sois nuestra razón de ser. Os pido que sigáis apoyándonos e involucrándoos en nuestro trabajo del día a día, que tampoco podría salir adelante sin el magnífico equipo interno que se esfuerza y trabaja inten- samente para conseguirlo. A todos, muchas gracias. Y todo lo expuesto con un objetivo claro: queremos que la FEV sea una organización excelente al servicio de sus asociados y capaz de seguir liderando nuestro sector como hasta la fecha. José Luis Benítez Director General

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