El sector iberoamericano vitivinícola ha analizado los lazos de unión y las sinergias que pueden aprovechar sus empresas en materia de arquitectura de bodegas, el uso de las tecnologías en la industria vitícola y enológica chilena y argentina, las estrategias ante las incertidumbres sobre la disponibilidad de agua para la viticultura, la sostenibilidad en los insumos de las bodegas y el potencial del enoturismo.